El año 2016 fue el último cuando Pdvsa, la principal empresa del país y generadora del 95 % de las divisas para la economía nacional, publicó su informe de gestión. Además de los balances de deuda, estados financieros, informe del comisario y el balance social y ambiental.
Durante el Gobierno de Nicolás Maduro ejercieron la presidencia de Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa), Rafael Ramírez hasta septiembre de 2014; Eulogio del Pino (septiembre 2014 hasta agosto 2017); Nelson Martínez (agosto 2017 hasta noviembre de 2017) y desde noviembre del año pasado el mayor general de la Guardia Nacional Bolivariana, Manuel Quevedo.
Este último llegó al cargo después de la detención de Del Pino y Martínez, quienes para ese momento eran el ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa, respectivamente, señalados de haber cometido hechos de corrupción dentro de la petrolera estatal venezolana.
Fue bajo la presidencia de Del Pino cuando se publicó el último informe de gestión y los estados financieros. En ese 2016 ya advertían los contadores públicos independientes lo siguiente:
Llamamos la atención sobre la nota 32 de los estados financieros consolidados que se acompañan, la cual explica que Pdvsa en su condición de empresa propiedad de la República Bolivariana de Venezuela, y según su objeto social y particulares responsabilidades que le son designadas, realiza transacciones significativas con partes relacionadas. Los importes presentados en los estados financieros consolidados y las divulgaciones hechas a través de sus notas no son necesariamente iguales a los que se habrían derivado si esas transacciones se hubiesen efectuado con terceros. Nuestra opinión no es calificada en relación con este asunto.
Señalaron incluso que “hemos identificado riesgos de irregularidades (fraude o conducta irregular), principalmente, en los procesos de procura de bienes y servicios, y de pagos a proveedores. Asimismo, por las investigaciones que está realizando Pdvsa sobre ciertas irregularidades de las cuales ha sido objeto”.
Secretismo y opacidad petrolera
Por norma, Pdvsa publicaba sus estados financieros del año anterior en el mes de marzo del año siguiente. Esto cambió con la presidencia de Rafael Ramírez, quien comenzó a aplazar estas publicaciones hasta seis meses después: septiembre.
Sin embargo, no dejaron de hacerlo. Pero la llegada del mayor general Quevedo significó un quiebre. Su designación como presidente de la industria vino precedida del escándalo de corrupción dentro del más alto nivel de la empresa. Y aunque su tarea era “encabezar una reestructuración”, los datos se hicieron cada vez más opacos.
El periodista experto en temas petroleros, Andrés Rojas Jiménez, recuerda que los comunicadores hasta hace cuatro años tenían acceso a estos informes, comparaban los históricos y podían hacer análisis, evaluaciones y proyecciones.
Pero desde el quiebre en 2016, ahora embajadas y bancas de inversión lo consultan a él, ante la falta de datos oficiales. Una situación que considera como muy grave porque no hay acceso a la información de las autoridades.
“Eso es ilógico porque lo lógico es que (bancas de inversión y embajadas) dependan de las autoridades oficiales y que sea esa la data creíble, pero que llamen a un periodista en Venezuela para obtener información no debería ocurrir. Esto no pasa en otros países ni siquiera en Latinoamérica, donde hay empresas petroleras estatales como Ecopetrol (Colombia) y Petrobras (Brasil)”, dijo.
Contraste en datos
Lo más reciente ocurrió cuando en este mes de noviembre, de 2018, Pdvsa ni siquiera reportó a la Opep las cifras de producción de octubre. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) colocó las cifras de fuentes secundarias. Y dos semanas después fue cuando la industria venezolana entregó los datos y solo admitieron que hubo una reducción de mil barriles diarios de petróleo.
“Hay una opacidad y estábamos hablando de una diferencia que mientras Pdvsa te dice que la producción está en 1 millón 400 mil barriles, las fuentes secundarias coinciden todas que la producción está en un 1 millón 100 mil barriles”, mencionó.
Aunque desde el año pasado el ocultamiento de información petrolera se agravó, desde el año 2013 comenzaron a registrarse las debilidades en rendición de cuentas en este sector de la economía informal.
Menos información más distorsión
Así lo señala el ensayo “Opacidad en materia de economía y petróleo en Venezuela”, publicado en la revista Comunicación en su edición 182.
Hasta el año 2015 el Gobierno de Maduro dio información a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre su producción petrolera. El estudio destaca que Venezuela se hizo cada vez más dependiente de los ingresos petroleros, que experimentan una caída que según la Opep en octubre pasado llegó al punto, de que solo se están produciendo 1 millón 100 mil barriles diarios, la más baja desde su creación a finales de la década de 1970.
Sobre esto alerta el ensayo de la Revista Comunicación:
“La mayoría de los organismos internacionales que sistematizan data en materia de economía y petróleo, lo hacen basados en datos reportados por las instituciones oficiales. Pero al comparar las cifras que maneja la OPEP, la Cepal y el Banco Mundial, por nombrar algunos, en torno al desempeño petrolero de Venezuela, se observan discrepancias y las cifras no coinciden, lo cual dificulta las acciones de contraloría social, escrutinio público y también de investigación en esta materia”.
Y en esta línea se inserta que el Banco Central de Venezuela desde el año 2014, de acuerdo con Rojas Jiménez, dejó de publicar el comportamiento del Producto Interno Bruto, donde se reflejaban los ingresos por conceptos petroleros.
Pero con la llegada de Quevedo la opacidad se incrementó. Antes las autoridades de la empresa procuraban que los datos suministrados a los organismos internacionales coincidieran lo más posible con los de las fuentes secundarias, la alternativa de la Organización para contratar los datos de los gobiernos.
“Eso contrasta con lo que ocurrió hace más o menos un año cuando antes de que llegara Quevedo se hacía un esfuerzo de que las cifras que reportaba fuente primaria fuese lo más cercano a las secundarias”, con lo que el secretismo militar se instaló en el corazón económico venezolano.
Pdvsa publicó su último informe público sobre estados financieros en 2016