Venezolanos sin seguridad alimentaria

Cada vez que Marielba* va al mercado se prepara para “hacer malabares” con su pensión semanal de Bs.S 1.125 (Bs. 112.500.000). La última vez que visitó el mercado Guaicaipuro pudo comprar unas pocas verduras, un poquito de carne de cerdo, la mitad de un melón, una lechosa y una patilla.

La profesora de 68 años está jubilada del Ministerio de Educación desde 2005. Ha dado clases de lenguaje no verbal en todos los niveles educativos; incluso después de jubilada continuó trabajando para la Fundación Museos Nacionales, hasta que empezó “la presión política fastidiosa”.

La disminución de su poder adquisitivo se ha agudizado desde 2015. Las dificultades para acceder a los alimentos y medicinas la han puesto a elegir entre comer y nebulizarse. O entre comer y costear el tratamiento para la diabetes de su esposo, quien es profesor universitario y no gana mucho más que ella.  

Marielba y su marido forman parte del 93% de venezolanos que percibió que sus ingresos no eran suficientes para comprar alimentos en 2017, según el informe sobre Seguridad alimentaria y nutricional de Venezuela, hecho por investigadores de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Seguridad alimentaria

El control gubernamental sobre la producción, distribución y comercialización de alimentos afectó la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) de los venezolanos. 

A lo anterior se suma la hiperinflación, que inició en octubre de 2017, según indicó la Asamblea Nacional. Desde octubre de este año, cada día incrementa 3% el precio de los bienes y servicios, mientras que el sueldo aumenta cada dos o tres meses.   

A la fecha, el indicador del acceso económico a los alimentos se conoce gracias a las investigaciones hechas por organizaciones independientes. El Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Banco Central de Venezuela (BCV) han guardado silencio sobre el precio Canasta Básica Normativa (CAN) desde noviembre de 2014.

Sin estos datos, se dificulta determinar qué tan rezagado se queda el sueldo mínimo respecto del precio de los alimentos; es decir, si a los venezolanos les alcanza su salario para alimentarse.

Disminuye el poder adquisitivo

La CAN es un indicador estadístico que busca determinar el costo de un grupo de alimentos que cubren los requerimientos alimenticios y nutricionales de una familia. Para establecer cuáles serán los comestibles que formarán parte de la CAN, se toman en cuenta los hábitos de consumo de la población, la disponibilidad según la producción nacional y el menor costo posible.

La nutricionista especializada en gestión de la seguridad alimentaria, en emergencias humanitarias y riesgo de desastres, Susana Raffalli, explicó que la CAN es una guía para saber si los hogares venezolanos tienen acceso económico a los alimentos. Un indicador de que en un país existe seguridad alimentaria es que el salario mínimo alcance para adquirir una canasta básica de alimentos.

Es una herramienta para evaluar si es necesario aumentar el sueldo mínimo. No hay un criterio único para medir si un país tiene seguridad alimentaria. Algunos manuales dicen que el salario más bajo debe cubrir 80% del costo de la canasta básica, detalla Rafalli.

Los datos de la CAN sirven también para observar la tendencia de la inflación, información que el BCV no publica desde 2015. A juicio de Raffalli, que el Estado venezolano no publique la CAN es una señal de vulnerabilidad y falta de capacidad para controlar la situación alimentaria de los venezolanos. Es una manera de proteger la imagen del Gobierno ante los organismos internacionales. 

La investigadora de la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición, Maritza Landaeta, asegura que la ausencia de datos en materia de alimentación es parte de la política del Estado de “no informar”.

Los que estamos en el área intuimos que esos datos están reflejando parte de lo estamos diciendo las ONG en cuanto a la calidad del consumo de alimentos, la modificación en el patrón de consumo, que las personas por razones económicas han abandonado sus platos tradicionales”, detalló Landaeta.

Suben los sueldos, pero más la inflación

En el último informe publicado de la CAN se podía observar que la variación mensual del costo de la CAN fue aumentando los últimos tres años. La fecha de la última publicación coincide con el último incremento de salario de 2014. La CAN estaba a Bs. 6.382, 62 en noviembre, mientras que el sueldo que se podría cobrar a partir de diciembre era de Bs. 4.889,55.

¿Cómo es que el valor de los alimentos aumentó tanto hasta este 2018? El informe de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UCV lo resume. El Estado nacionalizó la distribución de insumos y semillas, lo que se sumó la caída de la renta petrolera y la dependencia de las importaciones. Ante el debilitamiento de la producción agropecuaria, se produjo el desabastecimiento y el incremento del precio de los alimentos.

Organizaciones como el Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda) han tomado la batuta en la publicación del costo de la canasta. Llevan el pulso del precio de los alimentos y otros productos desde el año 1976. En el boletín correspondiente a octubre de este año, se indica que el poder adquisitivo del salario mínimo era de apenas 8%.  

 

Efecto Cocuyo maneja datos del valor de los alimentos en el mercado Guaicaipuro de Caracas desde el 16 de junio del 2015. Este 2018, si se toman en cuenta los datos del recorrido del 29 de noviembre, Magaly necesitaría 18 semanas, 4 meses y medio, de pensión para adquirir todos los alimentos de la lista de compras de la familia Quiroz.

*Los nombres se cambiaron para proteger su identidad

No Comments Yet

Leave a Reply

Your email address will not be published.